Hoy he leído en el diario una magnífica noticia. Una familia de Montcada
ha dado con la fórmula para saltarse a la torera las injustas órdenes
de desahucio, cada vez más frecuentes. Últimamente, como que la policía
se encontraba con fuerte oposición vecinal para ejecutarlas, hasta el
punto de no haber logrado acabar ninguna, habían comenzado a acudir a
las ejecuciones con fuerzas antidisturbios. Esto hacía imposible que la
oposición vecinal frustrara el proceso.
Pues bien, ayer, al ir a ejecutar una de estas ordenes de desahucio, la
policía se encuentra con la oposición vecinal habitual; intervienen los
antidisturbios i aseguran un perímetro para que los agentes judiciales
puedan actuar; la familia coge las cuatro cosas más importantes que
tenían en casa, mientras que el vecindario no para de gritar consignas
contra los bancos, la policía y la justicia; el cerrajero, que ha venido
a instancias de la policía, cambia el pomo de la puerta. Los agentes
judiciales, finalmente, levantan acta de desahucio, i la familia, en
medio de la más profunda tristeza, se encuentra en la calle. La policía
empieza a retirarse i se dan las más sentidas muestras de solidaridad
entre los vecinos, muchos de los cuales piensan que tal vez ellos serán
los siguientes.
Una vez las cosas se calman, todos se van yendo: cerrajero, agentes
judiciales, antidisturbios, policías, vecinos… A las dos todos comiendo
en su casa. Menos la familia desahuciada que se va a comer a casa de una
tía. ¡Se acabó!
¿Acabado? No os lo penséis. Después del carajillo, el pater familia, que
continúa considerando que aquella todavía es su casa, recoge a su mujer
y a los niños y se va para allá. Entra por el sencillo procedimiento de
dar una patada a la puerta y, como es un manitas, vuelve a cambiar el
pomo y pone uno nuevo que había tenido la precaución de comprar de buena
mañana. ¡Volvemos otra vez!
No sé si este proceder se lo recomendó una abogado; si es así: chapeau
por el abogado. Y si se les ocurrió a ellos mismos, todavía más chapeau.
El lío jurídico que han organizado es de campanillas, porque no se les
puede volver a desahuciar. El desahucio ya se practicó y el expediente
judicial se tiene que dar por terminado. Ahora ya no son unos
propietarios que no pagan las cuotas de su hipoteca, ahora son unos
simples ocupas. Y si el propietario lo quiere echar, tendrá que comenzar
un nuevo y diferente procedimiento judicial.
Estoy seguro que el banco (o caja) ya debe tener una legión de
picapleitos estudiando qué pueden hacer para vaciar la vivienda. ¿Se ha
inscrito en el registro de la propiedad la adjudicación del piso es
subasta pública? Si no es así no se puede acreditar la propiedad y, por
tanto, tampoco presentar denuncia. ¿Quién tiene poderes suficientes
dentro del banco para presentar una denuncia de estas características?
Venga: empecemos a leer poderes a ver quien puede hacerlo. ¿Iniciamos un
proceso civil o uno penal? ¿Cuál será más rápido? ¿Qué oposiciones
podrían presentar los ocupantes? ¿Cuánto tiempo puede durar el
procedimiento?
Magnífico. Genial. ¡Un golpe maestro!. Tal vez de lo que se trata hoy
día, es aprovechar todas las grietas del sistema para crear el caos.
Como ya sabían los griegos, sólo del caos puede surgir un orden nuevo,
un cosmos. Y, “voto al demonio” (expresión catalana), estoy seguro que
lo necesitamos.
Extraido de menéame.net.
Alicante, 16 sep (Efecom).- El presidente de la Asociación de usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE), Manuel Pardos, ha alertado hoy que cada día se producen 300 desahucios en España como resultado del impago de las hipotecas.
En una rueda de prensa en Alicante, Pardos ha ofrecido este dato para respaldar la propuesta de su colectivo para que se apruebe un Real Decreto que contemple una moratoria de tres años en el pago de las deudas hipotecarias, de lo que se podrían beneficiar "más de un millón de familias" en todo el país.
Según Pardos, su asociación presentó el pasado 25 de agosto esta propuesta texto ante la Oficina Económica del presidente del Gobierno y otros ministerios y grupos parlamentarios.
La finalidad del decreto es paralizar los actuales embargos y ejecuciones hipotecarias. "El gran sueño hipotecario español se ha convertido en una maldición", ha lamentado Pardos quien también se ha referido a la demanda colectiva interpuesta por su asociación ante más de un centenar de entidades bancarias y financieras por las cláusulas de suelo hipotecarias.
Esta iniciativa ha sido aceptada por el juzgado de lo mercantil número 11 de Madrid, y a la misma ya se han sumado más de 15.000 afectados.
El 15-M y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca no consiguen paralizar el desahucio.- Lo habían conseguido en los dos intentos anteriores
EL PAÍS - Madrid - 14/11/2011
La tercera vez no ha podido ser. Victoria Sanz, una mujer de 84 años que padece un cáncer terminal, y su hijo discapacitado de 41 han sido desahuciados esta mañana de su casa en la calle del Norte, en pleno barrio de Malasaña. Miembros del Movimiento 15-M y de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) habían conseguido paralizar el desalojo en dos ocasiones anteriores.
Esta mañana, los vecinos del céntrico barrio de Madrid han visto como sus calles estaban plagadas de policías. El amplio dispositivo policial se debía a este desahucio, que ya había sido paralizado por el 15-M y la PAH
en julio y septiembre. La mujer desahuciada es Victoria Sanz, una mujer de 84 años que sufre un cáncer terminal, diabetes, sobrepeso, no puede moverse y hace más de cuatro meses que apenas se levanta del butacón. Junto a su hijo, que tiene un 41% de discapacidad y que se gana la vida vendiendo cupones de la ONCE en el barrio de Quintana, vive desde hace 55 años en un piso de alquiler de renta antigua en el número 23 de la calle del Norte. Victoria cobra una pensión de viudedad de 900 euros y debe recibos de 20 meses de alquiler por valor de 5.000 euros.
La última vez que se paralizó el desahucio -las dos ocasiones han acudido unas 50 personas para impedir que se llevara a cabo-, tras horas de espera, uno de los abogados de la PAH se asomó por una de las ventanas de la casa y les dijo: "El desalojo se ha aplazado hasta nueva orden de la jueza por "motivos humanitarios". Esta vez no. Entonces, el SAMUR social que acudió a la vivienda, garantizaban solo para Victoria y su hijo tres días de estancia en un albergue.
Cuando fue alertada del desahucio se ofreció a pagar lo que debe, más un año de renta por adelantado o incluso, cambiar el contrato de alquiler a uno nuevo.